domingo, 10 de mayo de 2020

Carlos Antonio Otero




La destrucción de la realidad objetiva como punto de partida del Suprematismo me lleva al referente con el momento actual, hacia la construcción de otra manera de asumir la nueva realidad. En la mascarilla que debemos llevar todos, está la ocultación del rostro, la invisibilidad de la expresión (por ejemplo, si sonreímos), y la abolición del afecto con la distancia. De esa manera construyo (la memoria de un pasado tibio) con retazos de tela cosidos a mano para dar forma a una especie de caja-máscara donde “depositar” la cara. Con símbolos geométricos aludo a formas perfectas (el círculo, por ejemplo) y asumo la economía del color (blanco y negro). El negro en esta ocasión es distancia y es sobriedad de una formalidad impuesta. Para nuestra sociedad ajena hasta ahora al uso masivo y obligado de la mascarilla, este objeto (indumentaria, prótesis) marca el momento de un cambio “supremo” y absoluto sin vuelta atrás. A nivel interior, el “encierro” (protección) que supone la mascarilla igual nos lleva a la reflexión de nuestras mayores sensibilidades.

Artista: Carlos Antonio Otero
Pieza: Mascarilla-caja
Medio: Retazos de tela, hilo, pintura y cuerda de nylon

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