martes, 12 de mayo de 2020

Franklin Graulau








 LOS VIDRIOS DEL ESPEJO

Medio: mixto
Año: 2020
Artista: Franklin graulau

Mucho antes de la isla ser invadida por la pandemia COVID-19, fuimos alertados por un ser noble, indefenso. Debíamos protegernos la cara, mantener distancia, incluso cuidarnos la espalda. Un virus nativo pululaba y pulula a sus anchas. Uno letal, macabro, que vive y respira, piensa y actúa acechando a sus victimas indefensas débiles (raras). Una pandemia intolerante con el diferente que no comulgue su maldad, ignorancia y estupidez.

El corona virus lo paramos quedándonos en casa, lavarnos las manos y mascarilla en la cara. ¿Pero cómo nos protegemos del político insensato y ladrón, del intolerante, del falso profeta y sus fariseos? ¿Cómo se pueden quedar en su casa los que no tienen casa? ¿Quien es mas cruel, el que ataca, o el que ve y solo graba? Esto lo paramos todos. ¿CUAL DE TANTOS ESTOS?

Cuando terminemos y controlemos el COVID_19, sigamos trabajando con la salud mental, espiritual, la del alma. ¡No a la impunidad en todas sus vertientes,
sigamos desenmascarándonos, uno a uno!

ALEXA, no te estas perdiendo nada, descansa. Si Dios quiere nos veremos pronto.
¡QUEDATE EN CASA!

 Artista:Franklin Graulau 








EL CAMARADA
Medio: mixto
Año: 2020
Artista: Franklin Graulau

Con la llegada y modalidad de la mascarillas (respiradores de salubridad).
Abrazamos una costumbre establecida en otros (mundos). Adaptamos este bosar a nuestra idiosincrasia. La mayoría de ellas se pavonean por todos los rincones. Al parecer aterrizan desde Wish o PartyCity y otras apocalípticas que parecen colmenas con bordados en canutillos y piedras Swarovski.
Una estética coloquial, boricua para que todos lo sepan, ilustra un pueblo exprimido pero alegre. La creatividad se expande igual que la corona virulenta.

Estas mascarillas endémicas, con dibujos del coquí y la cotorra Puertorriqueña, tal vez placebo o amuleto, que aunque no nos esquiva del cantazo y el hematoma al parecer el dolor atenúa. Todos asumimos un personaje detrás de la mascara y nos encanta la lucha libre, tal vez porque pensamos que es libre, ese estribillo que adorna y maquilla las canciones repitiendo la libertad hasta el encierro del hastío. Nos apasionan los disfraces, los héroes y no nos atrevemos hurgar ni rebuscar lo que en realidad hay adentro. No hay peor crimen que matar un sueño. Las mascarillas endémicas llegaron para despertar y revivir esos héroes, Tito Kayak, Peter Pan en su vuelo, El León Fiscalizador. Escondemos nuestra vulnerabilidad dos veces, salubridad y miedo. Recordar la lucha libre, sus bailes y cortejos. La momia blanca (buena) y la momia negra (mala) de Titanes en el Ring. Confieso que llegue a querer la momia mala pues la blanca la tenia de abuso. La mente y su imperfeta humanidad, percibiendo lo que entiende y le conviene percibir. 
 
Entonces como caído del cielo o sacado de un cuento chino, llega este luchador de pistolitas de fulminantes. El CAMARADA, hibrido luchador capaz de defender la salud y los pulmones de sus seguidores. Mantiene a raya el covid -19, asustando el virus y sus colegas, políticos, religiosos, los malos vestidos de luz. Una mascara poderosa que se activa y te protege si crees en el. Este virus antes de pararlo tenemos que sentarlo, acorralarlo. Las luchas se ganan dentro del ring. Se puede volar aún dentro de la casa.
Dale, que si nos funciona no hay nada que perder. ¡QUEDATE EN CASA! Si es que tienes casa.





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