domingo, 10 de mayo de 2020

MIGUEL A. MENDEZ SANTIAGO





COVID-19, mutante virus que en el 2020 ataca mundialmente cegando ilusiones, metas, relaciones y el arte propio de aquellos que no lo superaron. El tema me toca muy de cerca dado que soy uno de los a cargo de los soldados médicos, enfermeras y paramédicos que luchan contra este enemigo fantasma en los aeropuertos y puertos de puerto rico.

Mi obra de arte lleva como título “Aquí No Entras”, realizada en acero, mascarilla en tela, pintura acrílico, madera, bronce (candado), ‘foam’ , pintura aerosol y pega caliente.

La mascarilla n95, oficialmente declarada la protectora máxima, tiene dos escenas, mirando de frente, a su lado derecho verá una persona detrás de su ventana; Así se encuentran millones de personas en el mundo entero cuidándose lo más posible para no infectarse con el mortal virus. A mano izquierda, la escena de un soldado en el aeropuerto tomándole la temperatura corporal a un pasajero que llega. Cientos de soldados de la Guardia Nacional de Puerto Rico arriesgan sus vidas intentando evitar, lo más posible, la propagación del virus.

En metal, en forma de “Corona”, creamos una especie de fortaleza. En forma de “Corona” para que la misma contrarreste la fuerza de un virus llamado “Corona” también. La misma ya tiene mucosidad viral en forma de hilachos mostrando ya indicios de una batalla. Dicha fortaleza en forma de corona está asegurada por un ancestral candado con grandes poderes y vigilante de la vida misma. Tiene su llave insertada como reto para que intenten abrirlo y ahí se le pegará todo lo que le toque. Desde la llave principal, cuelga una “soguilla” de la cual se encuentra amarrada otra llave. Esta otra llave tiene inscrita la palabra “ AMMUNITION” (municiones). Esa llave está lista para el sacrificio mayor atacando con todo lo que queda al virus hasta aniquilarlo o perder la vida intentándolo.

La esfera con espigas simboliza el virus mismo con dos ‘patas’ aferradas al candado y dos ‘brazos’ ya amarrados por la llave. Esos ‘brazos’ jalan fuertemente, pero en vano. La batalla aún no acaba. Por eso millones de mascarillas de todo tipo seguirán colaborando con la raza humana para proteger lo más esencial, la vida misma. Y adquiere mucho más significado cuando protegemos a nuestros hijos, hermanos, padres, parejas y a toda aquellas personas que amamos.

MIGUEL A. MENDEZ SANTIAGO


No hay comentarios:

Publicar un comentario